El mensaje de mi parashá es que a pesar de todo, Esav se reconcilió con su hermano Iaacov, lo perdonó y se unieron de vuelta como hermanos porque después de todo lo que había pasado lo más importante era su unión y su hermandad.
Además, podemos aprender de esta parashá la importancia de nuestras plegarias, como la que tuvo Iaacov preparándose para el encuentro.