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Muchas veces, cuando las cosas no salen como queremos, cargamos la culpa sobre otros o nos enojamos con Dios, pero cuando las cosas resultan como planeamos y logramos lo esperado nos solemos olvidar de quienes nos ayudaron y asumimos todo el crédito.
“Lo al halejem lebado ijie haadam” “No solo de pan vive el hombre”, esta es una de las frases que podemos encontrar en nuestra parashat Ekev.
A punto de entrar a Eretz Israel, la tierra prometida, Moshe continua su discurso final para que la nueva generación tenga presente los acontecimientos más importantes del pueblo y no se olviden de las situaciones por las que pasaron nuestros antepasados y no repitan sus errores.
La frase citada anteriormente, continúa diciendo “sino de todo lo que sale de la boca de Dios”.
Tenemos un desafío, y es no solo acordarnos de Dios cuando las cosas salen mal, sino también tenerlo presente cuando las cosas salen como lo deseamos, ya que tanto lo malo como lo bueno forma parte de un plan que no podemos comprender, pero que tiene una razón de ser, no tenemos que solo centrarnos en conseguir el pan de cada día, sino en tratar de hacernos propias las palabras de Dios y llevarlas a cada una de las acciones de nuestra vida.
Quiera Dios que podamos afrontar este desafío con responsabilidad y que tengamos la sabiduría para poder asumirlo.
¡Shabat shalom!
Matías Dobzewicz
Seminarista – Dir. Comunitario