“Esa fue la ofrenda de dedicación por el altar dada por los príncipes de Israel en el día que fue ungido. Había doce fuentes de plata, doce tazones de sacrificio de plata y doce fuentes de incienso de oro.” El versículo 84 del capítulo 7 de nuestra parashat Naso, nos empieza a detallar cuál es la ofrenda de cada una de las 12 tribus para inaugurar el Mishkan (tabernáculo).
Al leer con detenimiento, podemos identificar que cada uno de los príncipes llevó exactamente lo mismo.
Estamos en un momento de la historia en el que lo material parece posicionar socialmente a cada uno de nosotros, donde el status depende del auto, la ropa y en qué gastamos la plata, y en esta porción de la Tora podemos ver que en uno de los momentos más importantes para cada tribu en vez de sobresalir al resto, todas ofrendan lo mismo, entendiendo que a los ojos de Dios todos somos iguales.