La población que concurre al comedor es gente en situación de vulnerabilidad social, por lo tanto continuamos sosteniéndoles la mano más aún en un momento como este.
Nuestros beneficiarios pasan a retirar su vianda de martes a viernes (hemos agregado un día más durante la cuarentena) por la panadería que queda en la esquina del comedor dado que nosotros no podemos salir de casa.
Sumado a esto cada uno de los voluntarios llama a un beneficiario dos veces a la semana para poder realizar un acompañamiento emocional y ayudarlos desde la palabra a estar mejor, brindarles herramientas, estrategias e ideas para hacer con lo que cada uno tiene una cuarentena más amena.
En casos particulares, que lo deseen o lo precisen, reciben un llamado adicional de la psicóloga o de la coach ontológica del comedor.
Por otro lado hemos regalado a cada beneficiario kits de higiene personal y de alimentos no perecederos, ya que dada la situación ninguno de los beneficiarios está con dinero para comprarlo y es algo fundamental y en lo que trabajamos mucho dentro de tikunea, el cuidado personal desde todos los aspectos.